He tenido que dormirme dos horas de siesta para que me hayan
dejado de sangrar los ojos después de ver la comparecencia de los míos en el
Emirates Stadium. Es cierto que es un partido de pretemporada, pero era un
rival que a priori nos obligaría a competir y sacar un buen nivel de fútbol más
allá del resultado. Lo que se espera de estos encuentros es un primer tiempo de
firme competitividad sin excesivos aspavientos y un segundo tiempo en el que se
imponga como es lógico la diferencia del estado de preparación de cada uno de
los equipos. En el día de hoy resulta muy evidente que el Arsenal está en un
momento de preparación muy por encima del nuestro, que tienen un equipazo que además vienen haciendo desde hace tiempo, y que nosotros no estamos
mentalmente preparados para competir ni el torneo de las chapas.
No hacía falta que transcurriese mucho tiempo de partido
para ver que el Sevilla era una hormiguita a la que le estaba poniendo el pie
en lo alto. Arrinconado en su área, el Arsenal ejercía una presión explosiva y
lo estileteaba con velocidad y pases perfectos al pie. Los nuestros prácticamente
lo único que hacían era correr sin balón en su persecución incapaces de sacar la pelota de la zona más cercana al portero. Finalmente en el minuto ocho se pita
el penalti de Rekik en un arbitraje bastante casero.
A partir de ahí la verbena. El Arsenal, con todo a favor, el
marcador, la afición, su estadio y sobre todo la confianza firme de que tiene
la presa entre sus dientes, se luce ante los suyos y la destripa exhibiendo un
poderío deslumbrante. Poderío, que palabra más bonita cuando la luce tu equipo,
y qué poco poderío tiene mi Sevilla en el campo desde hace mucho tiempo. La
lucía en tiempos de antaño cuando tocó plata en la sexta UEL y era un rival
rocoso, y cómo se ha ido perdiendo en post de estados anímicos que oscilan
entre la depresión y las crisis de ansiedad futboleras. No existe en la
plantilla del Sevilla ningún jugador más allá de Fernando Reges y Bono que
exhiba poderío y superioridad en su fútbol.
Y el Sevilla se dejó destripar, simplemente, tampoco le
podemos pedir a Rakitic o a Oliver que sean lo que no llevan siendo desde hace
tres temporadas, unos líderes en el campo de juego, que desatasquen a su
equipo, manden, distribuyan el juego, recuperen balones y potencien el juego
vertical. Se limitan a ir corriendo detrás de la pelota para en alguna
recuperación llevar el pase atrás y atascar más aun al equipo. Tampoco le vamos
a pedir a En Nesiry que no se ponga de espaldas al portero, no se resbale, no haga
escorzos imposibles para terminar rodeado de defensas, o haga un desmarque o no
remate flojito al portero cuando encara a portería. Ellos son lo que son y
nadie les ha quitado el puesto.
Dicho esto sería complicado señalar a algún jugador en el
despropósito de hoy, también les digo que no creo que
la imagen dada sea la real del equipo. Hoy se reservaron jugadores para el
próximo amistoso con el Leiscester y seguramente de la combinación de una
alineación y otra saldrá un bloque más competitivo. También ha dado la impresión
de existir poco interés desde el banquillo por dar una imagen mejor o paliar el
resultado para ser más digno, han salido los jugadores del filial según un plan
preconcebido y no se ha dado valor alguno a maquillar la tragedia. El que la
lleva la entiende y ellos sabrán.
En definitiva, el valor de este partido es realmente escaso deportivamente,
sobre todo enmascarado por una alineación en la que faltan jugadores
importantes y por la presencia de un importante número de canteranos. En definitiva nos han pintado la cara pero que este no debe ser ni mucho menos el Sevilla que
veamos en apenas doce días.
Cierro comentando que lo que le falta al Sevilla
deportivamente no se ha descubierto hoy, lo que nos falta lo llevamos intuyendo
desde hace más de un año, sabemos que adolecemos de una falta de velocidad y
poderío en la medular y en la delantera. Es una pena necesitar un recambio para
un Acuña con tantos problemas físicos cuando lo que de verdad necesita el
Sevilla es un delantero, porque por muy mal que juegues tú tienes que tener esa
carta en la manga, la confianza de que tu 9 marque gol de cualquier jugada. Que
hoy En Nesiry haya tenido dos oportunidades de marcar gol y las haya
desperdiciado no es baladí, no se tira igual de piernas si en el marcador hay
un tanto anotado que cuando en tu casillero siempre hay un 0.
En definitiva, ni el equipo es tan malo, ni el partido es
tan intranscendente, y vamos a por el siguiente. Todavía queda pretemporada y
que se abra la puerta de San Pablo, la presión es elevada, veremos.
José Antonio Reyes, te queremos.
Gracias por leerme.