OPINIÓN | Lopetegui, vísteme despacio que tengo prisa

Comienzan las críticas al equipo dirigido por Julen Lopetegui tras un inicio dubitativo, aunque invictos

La afición del Sevilla es soberana, lo que diga el público va a misa y, por lo que parece, no les está convenciendo este inicio de temporada. No es de extrañar, el equipo de Lopetegui parece algo falto de rodaje, de piernas y de juego; tal y como se ha demostrado en todos y cada uno de los encuentros disputados hasta ahora.

 

Ayer contra la Real Sociedad se vio, nuevamente, a un Sevilla inferior al rival; pocas ocasiones, poco juego y poco balón. Pero no son únicamente esos los errores de un equipo que hace aguas en el centro del campo. Empecemos por ahí, al sevillista si le preguntas por la opción del Papu Gómez de extremo no la va a entender, al igual que no entiende la opción de Óscar Rodríguez u Óliver Torres en esa posición. Ayer optó incluso por meter a Rekik en los últimos minutos y cambiar el sistema al 3-5-2, con los Idrissi y Munir esperando su oportunidad una vez más. ¿Realmente no son futbolistas aptos para tratar de desatascar al equipo en este tipo de ocasiones? Si no lo son, realmente no entiendo por qué no se les buscó una salida en el pasado mercado de fichajes.

 

Ivan Rakitic es el gran foco de las críticas de la afición, a día de hoy, y no es para menos. El Papu Gómez es el gran sacrificado para que pueda jugar el croata y, después del partido de ayer, sería muy extraño que Julen optara por él de inicio el miércoles frente al Valencia. El sevillismo se dio cuenta, Julen también, Jordán no está en forma; pero Rakitic no se queda muy atrás, Hay una plantilla muy amplia para, cuando estos no estén, puedan jugar otros. Fernando es inmenso, pero él solo no puede hacer el trabajo de tres, por mucho que parezca que lo puede hacer, necesita el apoyo de sus compañeros.

 

Pasemos a hablar, del ataque, el eterno dilema del Sevilla de Lopetegui. De Jong, Chicharito, Dabbur, Carlos Fernández… y solo Yousseff En-Nesyri ha sido capaz de asentarse como el goleador del equipo, y eso que puede llegar a ser el más criticado desde que el técnico vasco llegó al club. Ayer, desaparecido, al igual que frente al Salzburgo. Lleva dos goles en cuatro encuentros de liga, paciencia. Con Rafa Mir empiezan a verse cosas, pero ser delantero con Lopetegui es muy complicado, en defensa el delantero actúa como si de un medio defensivo se tratase y luego, a la hora del contraataque, tal vez no sea el punto fuerte; delanteros rápidos sí, pero no son Superman, no siempre van a estar en el área para llegar a rematar el gol. El estado de forma de Suso y Ocampos no ayuda tampoco, sus problemas antes del inicio de liga se les está haciendo notar y no están ni mucho menos al cien por cien, por ello Lopetegui tiene a jugadores como Lamela o los ya mencionados Idrissi o Munir, para que no tenga que recurrir a centrocampistas.

 

Por último, la defensa. Incluso aquí hay dudas; tal vez en referencia al mal estado de forma de Jesús Navas, teniendo en el banquillo al lateral derecho titular de la selección argentina. El palaciego no es, ni mucho menos el de la temporada pasada, menos subidas al ataque, tal vez por la edad, cada vez le cuesta más bajar cuando ha subido a atacar, o simplemente por que no está bien físicamente; eso lo sabrá mejor que nadie Lopetegui, que le ve apto para seguir siendo titular indiscutible en este equipo. El idilio de Diego Carlos con los penaltis no es nuevo; todos recordamos cómo el Sevilla se alzó campeón en Colonia con el brasileño haciendo penaltis en los primeros diez minutos de los partidos de cuartos, semifinales y final; dos partidos seguidos cometiendo ese error, lastrando a una defensa donde mejor se sitúan Koundé, quién lo iba a decir después del complicado verano que tuvo, y Acuña, aunque ayer no estuviera fino. Eso sí, es precioso ver cómo hasta se critica a una defensa que ha encajado dos goles en cinco partidos, uno en cuatro de liga. Culpa la tiene el portero, Bono, por supuesto, que también hay alguno que otro que lo critica.

 

En fin, es bonito ver como el Sevilla, sexto con ocho puntos en liga y con un partido menos y con un punto en Champions League, es criticado por su afición. Cierto es que las sensaciones no son buenas, que el equipo aún no está dando una buena versión. Aún así, el Sevilla está invicto, habiendo recibido dos goles en cinco partidos y pudiendo ser tercero si vence en su partido pendiente; pero las sensaciones no son buenas y, por mucho que los números sean buenos, la afición se impacienta con el mal juego del equipo. Por eso, Lopetegui, vísteme despacio que tengo prisa.