Sevilla FC: Bicampeón de la Copa de la UEFA con Sello de Grandeza
El Hampden Park de Glasgow fue testigo de una nueva gesta del
Sevilla FC, que revalidó su título de campeón de la UEFA Europa League al
vencer al RCD Espanyol en una final no apta para cardíacos. Un partido que se
decidió en la tanda de penaltis tras un empate 1-1 en el tiempo reglamentario y,
un posterior 2-2 en la prórroga.
Previa del encuentro
El Sevilla, dirigido por Juande Ramos, llegaba a la final
tras una trayectoria impecable en la competición. El equipo andaluz había
demostrado su calidad y ambición al eliminar a rivales de la talla del AZ
Alkmaar, el Shakhtar Donetsk y el CA Osasuna.
El Espanyol, por su parte, había sorprendido a propios y
extraños tras alcanzar la final. El equipo perico, liderado por su capitán Raúl
Tamudo, había dejado en el camino a equipos como el Ajax de Ámsterdam y el
Werder Bremen.
La final: un duelo de altura
El ambiente en el Hampden Park era de gala, con un estadio a
rebosar y una tensión palpable en el aire. Dos equipos con ideas de juego muy
diferentes, pero igual de efectivos se enfrentaban por el título.
El Sevilla, fiel a su estilo de toque y posesión, salió a
dominar el partido desde el inicio. El Espanyol, por su parte, planteó un
partido más rocoso, buscando el contragolpe y aprovechando la velocidad de sus
delanteros.
El primer gol del partido llegó en el minuto 18, tras una
gran carrera por banda, Adriano robaba el balón, se internaba en el área y
batía al portero con un disparo al segundo palo salido desde su bota derecha.
El gol no amilanó a los catalanes, que siguieron luchando y buscando el empate.
Este llegaría tan solo diez minutos después a través de las botas de Riera. El de
Manacor probaba suerte con un disparo de la frontal que, tras tocar en Dani
Alves, hacía inútil la gran estirada de Palop.
Con el empate en el marcador, el partido se convirtió en un
ida y vuelta constante, ambos equipos generaban ocasiones de peligro donde los
hispalenses tuvieron una mayor posesión del balón, pero los pericos se
mostraron muy peligroso al contragolpe.
La segunda parte no bajó el nivel y mantuvo la emoción de la
primera. Los andaluces buscaron el gol de la victoria con insistencia, pero el
Espanyol se defendía con uñas y dientes. En el minuto 67, Hurtado veía la
segunda amarilla y dejaba a los pericos con un jugador menos, haciendo que su
equipo se replegara aún más en busca de mantener el empate hasta el final. Con
un Espanyol centrado en defender y tras muchas ocasiones que no se
materializaron, la final se iba a la prórroga.
Ya en la prórroga, la sequía goleadora de los anteriores 45
minutos se acabó. El Sevilla volvía a adelantarse en el marcador gracias a un
gol de Kanouté. En el último minuto de la primera parte Navas ponía un centro
raso desde la derecha al primer palo, donde tras adelantarse a su marca,
aparecía el delantero maliense para introducir el esférico en el fondo de la
red.
Cuando todo parecía indicar que el Sevilla se llevaría el
título, Jônatas recogía un balón en la frontal del área y, sin pensarlo dos
veces, mandaba un derechazo a la portería sevillista que se colaba pegado a la
cepa del póster. Era el minuto 116 y el Espanyol había vuelto a igualar el
marcador. Sin tiempo para mucho más, la final tendría que decidirse en la tanda
de penaltis.
El primer lanzador fue Kanouté que batía al portero con un
tiro raso por su izquierda. Empezar marcando siempre es positivo y da un extra
de tensión al lanzador rival, el cual fue Luis García. Aquí aparece la figura
del héroe de esta final, la de un santo, la de Andrés Palop. El portero
valenciano adivinó las intenciones del tirador perico y con una gran estirada a
su derecha conseguía parar el disparo. El Sevilla ya estaba por delante. Los
siguientes llamados a los once metros fueron Dragutinović y Pandiani, los
cuáles no fallaban. Cada ronda acercaba aún más a los hispalenses al título,
pero lo que no se imaginaban era que Dani Alves iba a mandar el balón por
encima del larguero. Los catalanes tenían la oportunidad de volver a igualar el
marcador, y el encargado sería de nuevo Jônatas. Pero en esta ocasión Palop ya
le había tomado la medida y adivinó perfectamente hacia donde se dirigía su
lanzamiento. Con una suave estirada a su izquierda repelía el esférico, su
equipo seguía por delante.
Se acercaban los disparos finales y la tensión iba en aumento.
Volvía a ser el turno de los sevillistas y Antonio Puerta cogió el balón con
una idea clara, que su mágica zurda lo introdujera en el fondo de la portería,
y así lo hizo. Era el lanzamiento de la muerte, si los pericos fallaban habían
perdido la final. Torrejón con un rostro serio y confiado se acercaba al punto
que señala los once metros, lo que no sabía es que Palop esa noche quería
convertirse en leyenda. Lanzado el penalti a media altura y a su izquierda, al
jugador del Espanyol solo le quedaba ver como reaccionaba el arquero
sevillista. Este supo donde y cómo tirarse y su mano derecha alejaba el balón
de su portería. Ya estaba hecho, Andrés Palop le acababa de dar el título a su
equipo.
El valenciano salió corriendo hacia el mediocampo para
reunirse con sus compañeros en una montaña de jugadores vestidos de rojo, donde
también llegó el cuerpo técnico. La emoción de todo aquel que sentía el escudo
sevillista era evidente, y cuando Javi Navarro elevó al cielo escocés ese
título abrigado con la bandera española se escucho un estallido de júbilo en la
grada. La hazaña era increíble, habían ganado dos finales consecutivas, era un
equipo histórico y un momento que quedará grabado en la historia de este
deporte.
La celebración
La conquista de la Copa de la UEFA 2007 por el Sevilla FC
desencadenó una explosión de júbilo que se extendió desde el estadio Hampden
Park de Glasgow hasta el corazón de Sevilla. Tras una final de infarto contra
el RCD Espanyol, resuelta en la tanda de penaltis gracias a la actuación
heroica de Andrés Palop, la ciudad sevillana se preparó para recibir a sus
campeones. En Glasgow, la euforia se apoderó del césped, con jugadores y
aficionados celebrando entre cánticos y banderas, conscientes de haber
revalidado un título que consolidaba al Sevilla como potencia europea.
El retorno a Sevilla fue sencillamente apoteósico. Miles de
sevillistas, con los colores blanco y rojo ondeando al viento, se congregaron
en el aeropuerto y a lo largo de las calles, ansiosos por dar la bienvenida a
sus héroes. El equipo, subido a un autobús descubierto, inició un recorrido
triunfal que se convirtió en una auténtica peregrinación. A su paso, los
jugadores eran aclamados, mientras mostraban orgullosos el trofeo. El recorrido
incluyó paradas en lugares emblemáticos como la Plaza de España y la Catedral,
donde la multitud se agolpaba para ver de cerca a sus ídolos.
La celebración continuó en el Ayuntamiento, donde las
autoridades locales rindieron homenaje al equipo por su gesta. En un ambiente
solemne y emotivo, se reconoció el mérito de los jugadores y el cuerpo técnico,
que habían llevado el nombre de Sevilla a lo más alto del fútbol europeo. Pero
la fiesta no había hecho más que empezar. El estadio Ramón Sánchez-Pizjuán,
templo del sevillismo, se convirtió en el epicentro de la celebración. Las
gradas se llenaron de aficionados que vibraron al ritmo de los cánticos y las
ovaciones. Los jugadores, visiblemente emocionados, compartieron su alegría con
la afición, agradeciendo su apoyo incondicional. La noche se prolongó entre
abrazos, lágrimas de felicidad y la sensación de haber vivido un momento
histórico que quedaría grabado en la memoria de todos los sevillistas.
Los datos
- El Sevilla FC Se convirtió en el segundo equipo
español en ganar dos veces seguidas una competición europea, tras los títulos
consecutivos del Real Madrid en 1985 y 1986.
- El entrenador sevillista, Juande Ramos, se
convirtió en el primer técnico en imponerse dos años seguidos en la
competición.
- Palop fue elegido Mejor Jugador en la final de
la Copa de la UEFA de 2007.
- El delantero del Espanyol, Pandiani, fue el
máximo goleador de la competición.
Ficha técnica
ESP 2 – 2 SEV
RCD ESPANYOL (blanco y azul): Gorka; Zabaleta, Jarque,
Torrejón, David García; Moisés Hurtado, De la Peña (86´), Rufete (56´), Luis
García; Riera, Tamudo (72´). Suplentes: Pandiani (56´), Lacruz (72´), Jônatas
(86´).
SEVILLA FC (rojo): Palop; Daniel Alves, Javi Navarro, Dragutinović,
Puerta; Martí, Poulsen, Maresca (46´), Adriano (76´); Kanouté, Luis Fabiano
(64´). Suplentes: Navas (46´), Kerzhakov (64´), Renato (76´).
GOLES: 0-1, min.18: Adriano. 1-1, min. 28: Riera. 1-2, min.
105: Kanouté. 2-2, min. 116: Jonatas.
Penaltis. 0-1, Kanouté: gol. 0-1, Luis García: para Palop.
0-2, Dragutinovic: gol. 1-2, Pandiani: gol. 1-2, Alves: fuera. 1-2, Jonatas:
para Palop. 1-3, Puerta: gol. 1-3, Torrejón: para Palop.
ARBITRAJE: Massimo Busacca (Suiza). Expulsó por doble
amonestación al españolista Moisés Hurtado (min. 12 y 67). Además, mostró
tarjeta amarilla a los sevillistas Luis Fabiano (min. 62), Kanouté (min. 81),
Jesús Navas (min. 85) y Puerta (min. 115).
INCIDENCIAS: final de la UEFA Europa League 2006/07,
disputada en el estadio Hampden Park de Glasgow el 16 de mayo de 2007 a las
19:45 GMT ante unos 55.000 espectadores. Llovió durante todo el encuentro.