Casi un mes va a cumplir el técnico madrileño al cargo del banquillo sevillista y no se ve que esté dando resultados esperado donde hoy ha caído por una abultada goleada ante el líder de la primera división española como hizo el Girona.
Quique es el vivo reflejo de la tristeza y la resignación de saber que está entrenando a una plantilla que está tocando el suelo en cada partido, manifestó sus impresiones en zona mixta ante los medios oficiales del club.
Balance del partido: "Nos equivocamos. En la salida, los primeros diez minutos han sido buenos. La intención era quedarnos altito, pero no siempre presionante; llevar la línea de cuatro al mediocampo no era la mejor manera. Hemos abierto el partido de esa manera, hemos llevado la línea al mediocampo, con al presión alta y sin agarrar la pelota. Tienen jugadores que son velocísimos y les hemos dado 50 metros a nuestra espalda para correr. Les hemos abierto un partido que tendría que haber tenido otra lectura o una mayor inteligencia colectiva, de saber que cuando estás con 0-1 y has hecho una buena salida, lo normal es que te sitúes, digieras ese gol y vuelvas a elegir opciones".
Una derrota abultada: "Hace daño, lógicamente. Nos duele a todos y pedimos perdón a los aficionados porque esto no es el Sevilla. Es muy doloroso. El Girona es un equipo que está fantásticamente bien, les sale todo. En cualquier caso, nosotros hemos abierto mucho las facilidades para que ellos pudieran remontar el partido".
Un partido ilusionante en la Copa: "Esto es fútbol. Hace tres días o cuatro no pensábamos que podíamos hacer este mal partido y lo hemos hecho. También, hace ocho días no pensábamos que podíamos hacer el partido tan espléndido que hicimos en Getafe y lo hicimos. Es fútbol. Ahora, las mentes vuelan de un lado a otro. Esa es la principal preocupación que tengo con respecto a los jugadores, de equilibrar esas mentes y esas lecturas de partido. A partir de ahí, que seamos capaces de competir en todos los sitios".
Quique Sánchez Flores, desde la sala de prensa de Montilivi.
Todo cambió tras el gol de Isaac: "Nos cuesta mucho organizarnos y hacer lecturas positivas de las situaciones. Hemos salido bien y jugado bien durante diez minutos. Hemos robado alto, hemos marcado, pero no hemos digerido. Nos suele pasar mucho, que marcamos y no hacemos digestión del gol. Siempre pasan cosas tras los goles, nos pasó en la última remontada en el Sánchez-Pizjuán. Realmente, nunca hemos tenido el plan de llevar una línea de cuatro hasta el medio del campo para que las espaldas estuvieran corridas por extremos y delanteros súper potentes y veloces. Nos animamos mucho con los primeros robos y con el gol, no hicimos una lectura propia de lo que hubiéramos querido para el partido en general, que era estar en tres cuartos, en un bloque medio alto, en situaciones donde robar la pelota y jugar como en los primeros diez minutos, con cierta facilidad. Pero hemos abierto el campo a cuatro balas que tienen en ataque; además, en una defensa de cuatro, por lo que las posibilidades de frenarlos han sido poca. Tampoco los hemos tirado para que no nos sacaran ventaja. Por lo tanto, tenemos mucha sensación de que hemos dado pasado atrás. El martes dimos un paso al frente, hoy hemos dado dos atrás".
Un equipo inseguro: "Estamos en medio de la organización de un equipo que, de repente, un martes te hace un partido extraordinario a nivel organizativo y, cuatro días más tarde, ya no somos capaces de leer. Está siempre en los entrenadores poner en los jugadores una idea y que cuaje, una idea de lo que necesitamos en cada partido. Hoy se nos fue de las manos en esos seis minutos donde nos corrieron con 50 metros al vacío. Nos corrieron y nos marcaron tres goles. A partir de ahí, las inseguridades aumentan. Las mentes de los jugadores no están lo suficientemente fuertes como para resistir una competencia tan alta como a la que nos llevó el Girona, un equipo que nos pareció excepcional en la intención, los duelos, la velocidad, la verticalidad y en todo lo que creo que se acerca más al fútbol moderno".
Las sensaciones al descanso: "Pensábamos que había lugar por fases en el primer tiempo. Teníamos que recuperar cierto tono en algunas cosas, pero siempre penamos que un gol nos podía meter en el partido. No hemos sido tampoco contundentes en el segundo tiempo. Nos hemos protegido un poquito más, pero igualmente nos llegaron dos goles idénticos, cruzando detrás del lado derecho y rematando cerca de la portería. No he visto capacidad de reacción, no la hemos tenido. Trabajamos en todo, pero hay cosas que se nos escapan. Las debemos seguir trabajando".
El debut de Hannibal: "Los chicos nuevos tienen que conocer al equipo, a sus compañeros, la competición, qué significa el Sevilla, qué está en juego... Tienen que conocer muchas cosas. Son jóvenes, hay que estar atentos a ellos, pero es una situación muy compleja. A veces, los que conocen bien al equipo les cuesta entenderlo, imagínate los recién aterrizados, la dificultad que van a tener para entender esta situación".
¿Algún aspecto positivo?: Queremos cerrar este capítulo lo antes posible. Analizamos mucho los partidos, pero este es de los que más claros los tienes en mente, una vez ya se ha jugado. Normalmente los vemos otra vez, pero este no sé si hará falta. No queremos quitarnos energía, no vamos a poner este partido a los jugadores. Saben que han estado mal, que no hemos competido con este equipo y que hemos convertido el plan de partido en un leve paseo para el Girona"