Si tenía que existir un cambio, que fuera con él...

Si lo que se pretendía era que existiera unidad dentro del sevillismo y una remontada en el aspecto deportivo, a expensas de esto último, la llegada de Jorge Sampaoli no ha conseguido generar de forma inicial ese consenso que se esperaba. Que sí algunos no le perdonan "lo de la selección argentina", que si había nombres mejores, que si no supone un cambio radical con respecto a Julen Lopetegui. A mi modo de ver las cosas, si debía existir un cambio, no había nadie mejor para comandarlo.








Jorge Sampaoli, "el discípulo del loco", más bielsista que Bielsa, como proclamaba el propio Marcelo en unas famosas declaraciones. Un entrenador al que se le podrá apuntillar todos los errores que se aprecien y se quieran, pero al que jamás se le podrá achacar que no es un estudioso de este deporte, un apasionado y que salvo su paso por la selección argentina y episodios de descontrol, debido a su carácter volcánico, no hay muchas manchas en su curriculum, teniendo un paso exitoso y dejando huella en varios de los clubes en los que ha estado.

Observando en el día de ayer y este mediodía Twitter, me daba cuenta de la sorpresa de muchos aficionados, con las declaraciones del argentino en la entrevista concedida al club y en la rueda de prensa, sobre los problemas del equipo y las posibles soluciones que él podía aportar desde su posición, teniendo todo tan estudiado y las ideas tan fijas. ¿Por qué nos sorprenden? No debería, es un experto en detectar los problemas de sus equipos y en proponer soluciones, a veces siendo su cruz, ya que no siempre es bueno cambiar aquello que funciona, pero es parte de su "ser" y algo inherente a su éxito como entrenador.

Tiene muy claro aquello que falla en el equipo, jugadores que necesitan el balón al pie, que físicamente no están al 100%, muchos por debajo de su nivel real, carentes de una identidad definida y que no conecta con la grada. En la entrevista, al igual que en la rueda de prensa, deja muy claro que la situación en la que llega no tiene nada que ver con su primera etapa, en esta última, él pudo hacer una plantilla a su imagen y semejanza, ahora deberá adaptar su idea a los jugadores que tiene, algo que lejos de echarle para atrás asume como un reto y una oportunidad de resarcirse de cómo se produjo su salida del club. ¿Quién mejor que él?


Si algo llama la atención, es que siendo tan amante del amateurismo y tan minimalista, reduciendo todo al juego y a la creencia en los procesos, al no solo ganar por ganar y que este no devore al futbolista, acepte un reto como este, donde deberá en apenas 10 partidos revertir la situación de un equipo con nulas posibilidades de clasificarse a octavos de Champions y a 1 punto del descenso en liga, contextos donde lo que prima es el resultado para hacer olvidar a la plantilla y la grada los malos momentos. Aparte de ello, el hecho de que haya pedido firmar 2 años, solo refuerza la idea de que no tan solo quiere salvar al Sevilla de su estado actual, sino construir algo más allá, dejando claro su compromiso con el club, aunque sus proyectos siempre han sido de muy corta duración.

Veremos cuán receptiva esta la plantilla a sus ideas, la paciencia que se tenga con él o no, cuanto puede afectar la situación social e institucional al proyecto y cómo con el estado financiero en el que se encuentra la sociedad, se le podrán dar las herramientas que necesite en el mercado de invierno a un entrenador que dimitió del Olympique de Marsella debido a desavenencias en la política de fichajes del club. La confianza recíproca entre director deportivo y entrenador serán claves en este aspecto además de los resultados y el estado real de las cuentas del club. Muchas incógnitas propias de un cambio tan abrupto, pero también mucha ilusión, porque sí, Sampaoli, después de 5 años, está de vuelta en Nervión.