¿Dónde ha quedado ese club, unido, continuamente elogiado, que era ejemplo de constancia y sostenibilidad y punta de lanza de la lucha contra la tiranía del binomio Barça - Madrid? Monchi cuestionado, un derrotismo sin igual, ahora Biris Norte señalados como si de una "caza de brujas" se tratara. Una crisis, deportiva, social e institucional que no se resolverá ni siquiera con una victoria contra el Manchester City el próximo martes.
Hace un año reinaba la calma y la seguridad en los alrededores del Ramón Sánchez Pizjuan, característica de los últimos años en Nervión. Bien, pues a día 4 de Septiembre de 2022 la situación ha dado un giro de 360ª sin precedentes. Donde todo era un bosque verde y con relativa calma, ahora cualquier pequeño chispazo amenaza con quemarlo entero. Ha bastado una sola temporada para que se produzca una fractura total y absoluta entre afición, equipo y Consejo de Administración, que hacen que hasta figuras semi divinas como Monchi estén siendo cuestionadas, los pilares fundamentales del Sevilla tambaleándose. Incluso Biris Norte están siendo objeto de críticas (para mí infundadas) tras el día de ayer.
Me da la sensación de que el sevillista de base, ha vivido engañado, que no se le ha contado la realidad, principalmente de la situación económica de su club, no tan mala como otros, pero sí no tan boyante como se creía. Lo confirmó Monchi en rueda de prensa, alejarse del modelo de éxito de compraventa de jugadores desde su vuelta y la llegada de Julen Lopetegui, ha hecho daño a la institución. ¿Quién tomó esa decisión? Es lo primero que debería preguntarse el Consejo de Administración, ha sido el primer causante de esta situación, traicionarse a sí mismo nunca le ha salido bien a nadie. Tras ello, que el aficionado se haya dado de bruces con la realidad y se haya dado cuenta de esto ahora, tampoco ayuda, porque empieza a buscar culpables de forma desesperada ante un augurio amargo de lo que puede esperarle esta temporada.
Señalando esta falta de transparencia y traición hacía la propia idiosincrasia del Sevilla campeón, por parte de alguien dentro del club, creo que aún menos ha ayudado la irrupción de José María Del Nido Benavente, como quién entra como un elefante en una cacharrería, a la paz social del club. Las críticas y el deseo de mejorar han de ser siempre bienvenidos, pero, bajo mi punto de vista, el iniciar una guerra accionarial, de forma notoria y a bombo y platillo y aprovechar una situación de crisis para ello, solo perjudica al Sevilla F.C. La afición ha sido dividida, como siempre pasa en estas situaciones y el señalamiento injusto de ayer hacía Biris Norte, creando una situación irreal, siendo uno de los pilares fundamentales de la afición, no da más que pensar en que esto no ha hecho más que comenzar y que esta situación si no se le pone freno, solo puede agravarse. Si el propio sevillista, ya empieza a posicionarse y a señalar, cada crisis deportiva, se multiplicará por 4 y eso solo ahondará en el nerviosismo.
Muchas preguntas en el aire: ¿Por qué esa poca inversión en el mercado de fichajes esta temporada (91 millones de ingresos por solo 28 de gasto)? Nadie la ha explicado, salvo Monchi, quién está "poniendo la cara" continuamente por el club. ¿Cuando se hará público y no a través de la asociación de pequeños accionistas, el "Informe Legends para la afición? ¿A que se debe las continuas subidas de abonos, la última del 15%, a los aficionados, que responden cada temporada llenando el estadio? ¿Acaso no merecen un gesto por parte del club habida cuenta la situación económica actual?
El Consejo de Administración encabezado por Pepe Castro, debe tomar cartas en el asunto y empezar a revertir la situación, desde lo deportivo, volviendo al modelo de siempre y respaldando a Monchi de forma contundente, hasta lo social, estrechando lazos con una afición muy dolida con los últimos capitulos como el "Informe Legends" y la poca transparencia sobre el mismo y la poca sensibilidad con la subida de abonos cada temporada, como hechos más recientes. Si eso no se cumple, el estado de histeria colectiva en el que se ha instalado el sevillismo, no va a cesar. Las aguas deben volver a su cauce y va a haber que tomar decisiones valientes desde el principio.