Hace ya más de 36 horas que empezó oficialmente la temporada para nuestro Sevilla FC con una derrota que aun nos está constando digerir.
El
esperpento arbitral perpetrado por Del Cerro Grande, quién se erigió en
protagonista absoluto del partido cuando en el minuto 71 señaló la pena máxima en
una jugada que estuvimos analizando durante horas porque no había manera de
saber qué conducta exactamente había sancionado, ha dejado
en evidencia lo que tantas veces los aficionados pensamos de los árbitros, que como
poco están ciegos. No me cabe la menor duda sobre la influencia de esta jugada y
esta decisión en el resultado final del partido, y no me apetece en lo absoluto
quitarle importancia a este hecho cargando sobre los defectos del juego de los
nuestros, que son muchos, para minimizar de ninguna manera que la decisión de
este señor nos ha robado cuando menos un punto.
Es más que evidente que no podemos esperar una revolución de
estilo en el Sevilla, pero lo que se le pide al equipo es una mejora en el
juego que empieza por ser más vertical y renunciar al pase horizontal que tanto
nos desespera. El viernes sin ser un derroche de juego al contraataque, al
equipo se le apreció la voluntad de mejorar esta verticalidad lo que se tradujo
en una pérdida de posesión del balón pero desde mi perspectiva no vi un mal
juego por parte del Sevilla, sino un partido bastante entretenido con
oportunidades por ambas partes y con un Osasuna estrenándose ante su afición y
que también hay que destacar que me parece una versión bastante mejor del
Osasuna al que nos habíamos acostumbrado en las últimas temporadas. Con respecto
al gol encajado, triple fallo de los nuestros en el que poco sirve señalar a Gudelj cuando Bono
no hace absolutamente nada por sacar la pelota que le rebota en el pecho y
entra en la portería. Pero esto son cosas del futbol, y ni Guldelj va a
sustituir a Koundé toda la temporada, ni tampoco nos acordamos de los penaltis
de Diego Carlos porque la memoria en el futbol es escasa, todos los jugadores
fallan y en el resto del partido no se cuajó una mala actuación por parte de la
defensa.
Si debía jugar Carmona o no pues esta historia ya nos la
conocemos de sobra, si los canteranos tiran los penaltis en copa mal, si no
juega Carmona en Osasuna mal, si Alfonso Pastor se come dos goles como soles
en copa mal…yo qué sé. Yo creo que lo debería haber puesto, pero también sé lo
que cobra Gudelj y que sus únicas oportunidades de jugar son estas, decisiones
del entrenador que ya sabemos que no gusta.
Así las cosas Del Cerro Grande cuando llega el minuto 71 se
hace la picha un lío, “ay, como era esto que decían en el comité que debía
pitar o era que no”, que se ve que estaba tuiteando en el momento que lo
explicaron o jugando al candy crush porque las reuniones de los árbitros tienen
que ser muy aburridas, pero él va y pita su penalti y el del VAR no arregla
nada, y aquí pagamos las facturas los de siempre pero a mí me marcan el gol y
dejan al Osasuna tan cómodo que ya nada más que tiene que dejar que pasen los
minutos para llevarse los tres puntos.
El Sevilla no hizo un partidazo, no, pero tampoco fue la
cochambre que vimos contra el Arsenal y aun tienen que debutar los fichajes y
terminarse la configuración de la plantilla, y yo siento que Del Cerro me robó
y de ahí no me bajo, porque además creo que el partido estuvo igualado y que
merecimos cuando menos empatar.
En el sevillismo ya a nadie le interesan las crónicas de los
partidos de fútbol, hacemos nuestras propias crónicas y jugamos nuestro propio
partido antes, durante y después de los mismos, y hemos decidido hace mucho tiempo
lo que no nos gusta o lo que sí, y en cada cuestión relativa al Sevilla
buscamos un reflejo de esta decisión para reafirmarnos. Como consecuencia somos
probablemente la afición de España que sabe defender peor los intereses de su
equipo en una espiral de autodestrucción que nos acompaña desde hace bastante
tiempo. Es un debate viciado de intereses, egos, y superioridades morales que
nos hacen pasar de negro al blanco sin pararnos en lo importante, el interés
superior del Sevilla FC, que es ganar todo lo posible y más allá, y en el caso
del penalti que nos pitaron el viernes tengo muy claro que tiró por tierra
todos lo esfuerzos del equipo por traerse algún punto del Sadar, resultado completamente
inmerecido para los nuestros.
Mosqueo gordo el que me pillé yo el viernes, y no levanto el
pie del cuello del señor colegiado que se ha ido tan campante dejándonos la
cartera vacía, y repito, de ahí no me bajo.
Gracias por leerme.