En un principio el Cádiz-Sevilla estaba planificado para el próximo lunes, tras la desestimación de la justicia, se jugará el domingo a las 18:30 horas. Ésto provoca que el equipo sevillista solo vaya a tener... ¡66 horas de descanso hasta el debut del Sevilla en LaLiga!
Se puede entender que la lucha de Luis Rubiales, presidente de la RFEF, contra jugar en lunes o viernes sea en favor de los aficionados, hasta ahí el discurso puede ser en algún punto hasta lógico. Pero actualmente vivimos en una época que, desgraciadamente, por fuerza mayor, los aficionados no pueden acudir a los estadios.
Planteada la cuestión, ¿qué sentido tiene seguir insistiendo en no jugar entre semana? Así lo único que haces es perjudicar la calidad de la competición, ya que le quitas un día de descanso.
Visto el titánico esfuerzo realizado por el Sevilla en la Supercopa de Europa, parece indecente que el equipo hispalense tenga que presentarse en Sevilla tres dias después. Ni siquiera en horario de noche, porque no, porque importa más que el Barcelona juegue en horario 'premium'.
La única representación española en Europa desde el 14 de agosto, y así lo paga el máximo dirigente del fútbol español, desoyendo las voces que hacían preveer que el Sevilla debía jugar el lunes y no el domingo.
Pero y qué, ¡qué importa si hay apenas descanso entre partidos! Mientras no afecte a Madrid, Barcelona o Atlético, ¡aquí no pasa nada!
Sin conocer los motivos de esa lucha crónica que viven RFEF y LaLiga, parece unicamente una lucha de testosterona. La conciliación para aplicar el sentido común, para otro día. Al final, como en toda pelea, los más perjudicados son los débiles. El día 6 de octubre se producirá una nueva reunión entre LaLiga y la Federación, esperemos que impere el consenso y la lógica.