Opinión: "La derrota más dulce" por Sergio Álvarez

El Sevilla se presentó ayer en Budapest dispuesto a dar mucha 'guerra'. Todos los pronósticos daban como favorito al Bayern München, y qué menos, ¿verdad? 

Visto lo de ayer podemos decir que el conjunto alemán demostró ser un equipo arrollador, que te hace jugar a un ritmo muy alto, que domina prácticamente todas las facetas del juego: verticalidad , toque, físico, bloque alto... Jugadores indetectables e incansables como Thomas Müller, Lewandowski que te juega de espaldas, de cara, baja balones, ayuda a llegar con claridad a los de segunda línea, etc. Del Bayern München podemos hablar mil cosas y todas buenas.

Por eso, tiene aún más mérito lo logrado por el conjunto sevillista, un equipo superviviente que supo aguantar las embestidas del rival, que fue tremendamente solidario en todas las partes del campo, que en cada ocasión de los bávaros donde parecía que acababa en gol, finalmente siempre aparecía una pierna o una cabeza que despejaba el balón.

El reto era el peor posible, enfrentarte a posiblemente el equipo que más te iba a exigir en cuanto a físico, en el primer partido de temporada, donde aún para más inri, no se había hecho una pretemporada al uso, pudiendo hacerse aún más cuesta arriba el encuentro.

Como jabatos peleó el equipo sevillista. Tras el gol realizado por Lucas Ocampos, hasta el empate, el acoso y derribo contra la portería andaluza fue atroz, un rodillo alemán que propuso un ritmo altísimo de juego, que luego hizo mella en ambos equipos durante el transcurso del mismo. 

El nivel competitivo del Sevilla es rotundamente meritorio, pocos equipos en el mundo habrían aguantado semejante oleada de jugadores alemanes, que parece que se multiplicaban por el terreno de juego.

Tremendo esfuerzo físico, de concentración y de supervivencia del Sevilla ante un Bayern que es casi incontenible cuando pone el rodillo a funcionar.

Si hay que perder, que sea siempre así. Haciendo que el rival lo pase mal hasta el final, compitiendo de tú a tú al campeón de Europa, con mis armas, pese a tener menos calidad individual y demostrando un orgullo enorme por defender la camiseta que visten. Honor a todos los integrantes que componen plantilla y entidad.