Con los objetivos cumplidos antes de tiempo, llega la hora de cerrar la temporada de la mejor forma posible.
Antes de lo esperado, ya sin presión, el penúltimo partido de la temporada se encarará con esa tranquilidad que da el trabajo bien hecho. Se esperaba una reacción que parece que se ha conseguido y que permitirá jugar el tramo final, no en chanclas, pero casi.
Tras un partido que contó con menos complicaciones de las esperadas, un encuentro de equipo grande hizo conseguir esa victoria que faltaba con una facilidad que a veces asusta. El triunfo conseguido ante el Mallorca supondría un pasito más en la carrera por disputar la máxima competición continental, que se vería reafirmado con la derrota del Villarreal en Getafe.
A día de hoy, el gran rival por la tercera plaza, el Atlético de Madrid, sólo tuvo su primer pinchazo ante el Celta. Tras la racha de victorias ante Valladolid, Levante, Alavés y Mallorca, que permitió a los colchoneros alejarse en la clasificación, llegaría un empate ante el conjunto celeste, que fue aprovechado para igualar de nuevo en puntos a los madrileños. Horas atrás, una nueva victoria ante el Real Betis supuso la vuelta de los madrileños a la senda de la victoria.
Por su parte, el conjunto vasco se presenta este jueves inmerso en la lucha por Europa. A tan sólo tres puntos de salir del quinto clasificado, son muchos los equipos pelando por conseguir el billete para disputar competición continental, y la cercanía entre ellos hace que pueda pasar cualquier cosa. Getafe, Villarreal, la misma Real Sociedad, Athletic Club, Valencia, e incluso Granada, se repartirán sólo tres puestos en estos últimos dos partidos.
La cercanía en la clasificación hará que vengan con la necesidad de ganar porque así de cambiante es el fútbol, donde en un visto y no visto, una racha de varios partidos seguidos te pueden cambiar el rumbo de una temporada tanto para bien como para mal.
El técnico Lopetegui está dosificando la plantilla, como es lógico dada la carga de partidos. Pero esto ha dejado a la vista la diferencia abismal entre algunos miembros de la misma. El equilibrio en el rendimiento de los futbolistas es crucial para mantener enganchados a teóricos titulares y suplentes, y más aún en un momento dónde es necesaria la presencia de todos, dada la carga física. Pero hay algunos que ni están, ni se le esperan. A años luz de alcanzar la dinámica del equipo.
El bloque creado por Monchi ha dejado sus luces y sus sombras. A grandes rendimientos, se unen grandes fracasos. Lejos de ser una plantilla amplia, no hay un nivel parejo entre unos y otros, transformándose el equipo en uno totalmente diferente en función de quién juegue.
Posiblemente, sea el momento de dar una oportunidad a esta segunda unidad y a algunos canteranos, para demostrar que también pueden tener sitio en el equipo.
Conseguir regularidad en puntos y juego se antojaba vital para despegarse de unos perseguidores que no paraban de apretar, y da la sensación de que el equipo se ha reencontrado.
Volver a ocupar una tercera plaza que ahora se encuentra al alcance de la mano, servirá de estímulo para encarar los últimos dos partidos con mayor tranquilidad y recuperar así ese sitio privilegiado en la tabla, sitio desde donde todo se ve más cómodo. Un pequeño aliciente que en el fondo resulta intrascendente, salvando lo económico.
Sin alargar más, la realidad es que la competición con más glamour de Europa volverá a la ciudad la temporada que viene. Es una suerte no tener que hacer esto más largo, pues eso sigmifica que ya se han cumplido los objetivos, y que el partido en San Sebastián, por fortuna, se convertirá casi en anécdota.
Estadio Reale Arena | Jueves, 16 de julio de 2020 | 21.00 h.