No te engañes. El resultado frente a la Real Sociedad es lo esperado, a pesar de la buena racha que llevaba el equipo en casa y la última victoria en Barcelona.
Si al empezar la temporada me dicen que en la duodécima jornada el Sevilla FC aparecía en el decimotercer puesto, con quince puntos, seis por encima del descenso hubiese firmado el documento con sangre si hubiese hecho falta. Sólo había que ver el mercado de fichajes, mirar los primeros (y los últimos también) del que había llegado a sustituir los goles de En-Nesyri, llevarse las manos a la cabeza viendo cómo salían los pesos pesados del vestuario sin que viniese nadie a sustituirlos, como la directiva iba metiendo la tijera en todos los departamentos del club...Y todo ello aderezado con la contratación de un entrenador del cual no se recordaba la fecha de la última victoria en primera división.
Pese a todo García Pimienta ha sabido componer un grupo unido, que la mayoría de las veces compite, que está para lo que está, no le pidas un fútbol excelso con lo que hay, y que , de momento, está sacando una temporada muy complicada adelante a pesar de contar con hasta siete jugadores importantes fuera de servicio.
Yo también esperaba que el domingo el equipo hubiese salido fuerte, que hubiese mordido desde el principio, que hubiese creado alguna incertidumbre a un equipo como la Real que no estaba pasando su mejor momento, pero no debemos engañarnos, si el equipo está cogido con alfileres con todos sus efectivos en perfecto estado de revista solo hay que ver cuando le faltan jugadores habituales en el once.
Con esto no quiero eximir de culpa a Pimienta. Creo que influyó de manera negativa en el desarrollo del partido. No supo leer ni la lesión de Idumbo ni la sangría que provocaba un centro del campo con Sambi, Gudelj y Juanlu. Entiendo que la entrada de Navas tras la lesión de Idumbo restó potencial a equipo al desplazar de su entorno natural al jugador más determinante de esta plantilla como es Lukebakio, pero a su vez creo que se ha encontrado un escenario catastrófico, en el que nadie daba un duro por el equipo y que el run run a su alrededor no presagiaba nada bueno. A pesar de todo el equipo ha sabido dar la cara ante equipos de nuestra liga (no nos engañemos) y se espera que una vez se vayan recuperando jugadores el nivel suba.
Si nos dejamos llevar por la euforia de Cornellá, si pensábamos que el trabajo estaba hecho, si nos despistamos mirando horizontes inalcanzables a dia de hoy para nosotros podemos meternos de nuevo en problemas. Hay que seguir apretando los dientes, sufrir como perros por cada punto y llenar cuanto antes el granero de puntos, puntos que nos den una tranquilidad que hace tiempo no tenemos y que puede llegar en la temporada que menos esperábamos.
Por desgracia llegarán más partidos como el último, pero hoy quiero pensar que también llegarán muchos como los que nos han hecho terminar con los tres puntos en el casillero. La temporada pintaba muy oscura pero hay veces que está dejando destellos, y quizás la chispa que está provocando esa luz sea una afición que está sabiendo entender la exigencia en su justa medida, que está sabiendo diferenciar la nefasta gestión del palco del trabajo que se está haciendo en el césped. Ha sabido entender que esto es nuestro, el problema es nuestro y seremos sólo nosotros los que llevemos esto a puerto.
Próxima parada: sábado en Leganés.