Opinión: "Intentando ilusionarme" por Rafa García

No es la primera vez que digo que por encima de todo soy resultadista, exactamente igual que tú que me lees, con la única diferencia de que yo lo digo abiertamente y tú quieres disfrazarlo en un romanticismo que en el fútbol actual no sirve para nada. 


Si tienes alguna duda de lo que digo repasa como te fuiste a la cama el viernes por la noche tras el partido. Si tu respuesta es contento porque el equipo jugó más vistoso olvídalo, a ti te puede gustar el fútbol pero no llevas el veneno dentro, si te despertaste tres veces intentando rematar el balón de Iheanacho bienvenido al barco del resultadismo. 
Porque el equipo mereció ganar ante el Villarreal, como tampoco hizo mal partido frente a Las Palmas o Mallorca, pero si no hay resultado...
Dicho lo anterior entiendo que hay que saber diferenciar la exigencia lógica, que debe imperar en un club como el Sevilla, de esa exigencia desmedida que se pasea a veces por Nervión. 
A mí, que me vengan a hablar de los números de García Pimienta en su etapa en Las Palmas me resulta ridículo. Eran otras circunstancias, otros jugadores, otro entorno y otra presión. A mí sólo me valen los resultados que consiga al mando de mi equipo. 
La puesta en escena no me ha parecido mala, con un equipo que presiona arriba y que genera bastante. Como todos llevamos un técnico dentro seguro que vemos ajustes que parece que el técnico no ve, como dar más minutos a Peque ante la falta de gol y para que nuestro delantero no sea una isla arriba. El talón de Aquiles; la falta de contundencia en las áreas ha hecho que en las tres primeras jornadas el casillero refleje unos insuficientes dos puntos. 
Esa es la parte que más me preocupa, más que nada porque parece que desde arriba están empeñados semana a semana en quitar potencial a la plantilla. Mientras escribo estás líneas salta el rumor, fuerte rumor, de otra posible "venta" de uno de los hombres importantes como es Lucas Ocampos. Si a una plantilla que le falta contundencia le sigues restando efectivos, y no lastre, el resultado puede ser nefasto. 
Quiero ilusionarme, pero no me dejan. 
No me dejan porque parece que la plantilla este año va encaminada a salvar las cuentas, y algunos sueldos más que a intentar no pasar las fatiguitas de años pasados. 
Quizás lo más sensato hubiese sido hablar claro a la afición que estábamos en temporada de vacas flacas, que había que apretarse los machos y remar todos juntos, pero para eso quizás hubiesen tenido que explicar donde había ido el dinero de las ventas millonarias, de las cuatros clasificaciones para Champions y los ingresos por las dos UEFA Europa League. 
En lugar de eso sale el presidente y dice que el club tiene solvencia porque ha pedido un préstamo de más de cien millones de euros. Un presidente que confunde solvencia y liquidez. 
Nos toca apretar los dientes, ponerse la pastillita debajo de la lengua y rezar para que Pimienta termine de dar con la tecla. Creo que el técnico tiene claro lo que quiere, no se encierra en un sistema, como pudimos ver en Mallorca donde el equipo jugó más arropado. El problema es que en vez de darle herramientas se las están quitando. 
Ya no pido que le fichen jugadores que den ese salto de calidad que necesita el equipo, solo rezo porque no le sigan desmantelando la plantilla. 
Lo mismo es mucho pedir a este consejo de administración. Lo mismo es mucho pedir que nos dejen, al menos, ilusionarnos. 

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