No solo los futbolistas fueron los protagonistas en la novena jornada del Sevilla FC sin ganar en la competición doméstica.
A eso de las 21:00 comenzaba a rodar el balón en Son Moix tras el respetuoso minuto de silencio justo antes del pitido inicial. La primera parte daría para mucho, desde las clarísimas ocasiones de los visitantes hasta la lesión de Lukebakio pasando por el tanto de los locales. En los primeros compases del encuentro fue el Mallorca el encargado de protagonizar la primera ofensiva del mismo, obteniendo un saque de esquina cuando apenas habían pasado dos minutos del inicio. Sin embargo, vimos a un Sevilla que, hasta la llegada del gol, parecía seguir la estela del último choque liguero frente al Villareal CF. Eran los visitantes los que llevaban el peso del partido y protagonizaban ocasiones manifiestas durante los primeros diez minutos pero fue el guardameta serbio, Rajkovic, el encargado de aguar la fiesta a los hispalenses impidiendo que estos se adelantasen en el marcador con la parada que protagonizó sobre el argentino Lucas Ocampos. Aún así, veíamos a un Sevilla que sin desarrollar un fútbol brillante dejaba unas buenas sensaciones en los primeros compases. No obstante, sería Cyle Larin el encargado de parar este dominio sevillista con un gol que llegó cuando menos lo esperaban los chicos de Diego Alonso. Corría, el minuto 11 y el Mallorca ya se encontraba por delante en el luminoso. Tras el gol, vimos a un equipo, el visitante, que siguió la línea de los primeros minutos pues era el Sevilla el encargado de llevar el peso del partido, dominando en la posesión y generando ocasiones. Los locales, se remitían a esperar con un bloque bajo a los hispalenses que superaban fácilmente los tres primeros cuartos del terreno de juego pero era a partir de ahí donde se le nublaban las ocasiones a los visitantes.
En una acción en la que el colegiado no mostró ni tarjeta amarilla, el belga Dodi Lukebakio, se vio obligado a salir lesionado del césped de Son Moix. Januzaj le sustituía. En lo que restaba a estos primeros cuarenta y cinco minutos aún habría tiempo para más ofensivas por parte del Sevilla, protagonizadas por Ocampos y Juanlu pero de nuevo sería el guardameta mallorquín el encargado de impedir que los sevillistas pudiesen devolver la igualdad al marcador antes del descanso.
La segunda mitad iría en detrimento del juego del Sevilla FC. Tras la salida de vestuarios vimos una imagen de los hispalenses muy deteriorada con respecto a la ofrecida en la primera mitad. Esas ocasiones que mantenían con esperanza a los sevillistas en la segunda mitad desaparecerían prácticamente. Fue el guardameta el encargado de evitar el gol en la más clara del Sevilla en los segundos 45 minutos pero más allá de esa ocasión, no veríamos más disparos a puerta en lo que restaba de encuentro. La excepción a este dato la pondría Adriá Pedrosa que fue el único capaz de perforar las redes de la portería mallorquina pero para después quedaba la interpretación de Soto Grado que aconsejado por Gil Manzano desde el VAR, fue el encargado de anular el tanto tras ir a verlo al monitor. Una interpretable "mano" (que solo vieron los colegiados) de En-Nesyri hacía que el gol no subiese al luminoso cuando aún restaba un importante tiempo para reaccionar al tanto de la primera mitad. Desde entonces, un Sevilla desordenado, sin ocasiones ni ideas claras trató de acabar el partido lo mejor posible. Dmitrovic salvó un claro mano a mano en los últimos compases del partido que podría haber supuesto una mayor ventaja para los locales en el marcador.