El ciclo de Julen Lopetegui en el Sevilla Fútbol Club es ya historia. Un proyecto que nació de la mano de la vuelta de "Monchi" a Nervión, para instalar al club en el llamado "campamento base", los puestos de Champions League, pero que ha acabado degenerando en una crisis, institucional, deportiva y social sin precedentes estos últimos años en el Ramón Sánchez Pizjuán. Ahora y con esa espinita clavada de quién siente que dejó el trabajo sin terminar, el "Sabio de Casilda", Jorge Sampaoli, está de vuelta en el banquillo sevillista, lo que supone un giro radical con el perfil de técnico que era Julen Lopetegui y que vuelve a renovar las esperanzas sevillistas de que haya un golpe de timón en lo deportivo.
Su propuesta, es netamente ofensiva, "mirando al arco contrario", como dijo en una entrevista con Valdano en enero de 2017 cuando entrenaba al Sevilla Fútbol Club. Sus equipos han competido con diversas estructuras en las que principalmente busca atacar con regularidad y defender lo más arriba posible. También ofrecen un número importante de intercambios de posiciones y movimientos, buscando actuar el mayor tiempo posible en campo contrario. Su enfoque está basado en la posesión, lo que significa que los equipos de Sampaoli están construidos para dominar el balón y cuentan con jugadores que se comprometen en posiciones avanzadas y, por extensión, fomentan una constante progresión. La preferencia de Sampaoli por un fútbol basado en la posesión significa que sus estrategias defensivas se centran en una presión agresiva y en la recuperación temprana. Sus equipos presionan regularmente en territorio avanzado y, por extensión, ceden terreno a regañadientes. Mientras que durante los periodos sin balón otro entrenador puede centrarse en no concederlo, la prioridad de Sampaoli es recuperar el balón lo más rápido posible para lanzar otro ataque, aunque la realidad de que no siempre puedan presionar también implique el uso ocasional de un bloqueo medio.
Su sistema predilecto es el 4 -3-3, pero esa capacidad o necesidad de adaptación a los contextos, anteriormente mencionada, le ha llevado a utilizar multitud de esquemas, desde el 4-3-3, al 4-2-3-1, a esquemas de 3 centrales como el 3-5-2, el 3-4-3, con todo tipo de posicionamiento y funciones de los jugadores. Este aspecto será muy importante en una situación como la actual donde el argentino, evidentemente, no ha prticipado en la confección de la plantilla.
Por tanto, si nos fijamos en la propuesta de uno y otro y la experiencia previa con Sampaoli en su primera etapa como entrenador del Sevilla, vemos que hay muchas diferencias entre sus modelos, ya que Julen Lopetegui para instalar al club en Champions, siempre priorizó la solidez defensiva del equipo y la efectividad, priorizando el resultado por encima de todo, mientras que Sampaoli tiene una visión más "estética" del fútbol, siendo el fin también los resultados, como el de todos los entrenadores y equipos, pero cuidando mucho más el juego y el proceso.
¿Es el rosarino lo que necesita el equipo ahora mismo? ¿Cuanta cuota de responsabilidad tenía Julen en esta situación? ¿Puede la plantilla ofrecerle a Sampaoli los perfiles que necesita para poner en práctica su modelo? Estas preguntas solo tendrán respuesta partido a partido y resultado a resultado.