Sevilla- Barcelona 0-3, así acabó la noche en Nervión en la que afición sevillista tuvo una actitud modélica a lo largo del partido mientras veía a los suyos incapaces de competir contra un Barcelona que a base de palancas se presenta como un rival intratable. No éramos rivales para el equipo catalán, lo sabíamos y conforme iban entrando los goles existía un clima de cierta resignación. Sólo al final del encuentro el eco de la grada expandía la consigna de “Pepe Castro dimisión”, lo cual me parece un ejercicio loable de responsabilidad, sobre todo después de que toda una campeona del Mundo, bota de oro y balón de plata, Inma Gabarro, saliera al césped del Ramón Sánchez Pizjuán sin más compañía que el aplauso de los nuestros y la grada reservara el castigo para el final del encuentro. El escudo siempre por delante, los nuestros lo saben.
No entraré en valorar aquí hoy lo que ya se ha analizado hasta
la saciedad estos días arrojando las conclusiones más o menos unánimes por
parte de la afición que se resumen en una falta importante de confianza en la gestión
efectuada por nuestro club en el mercado estival. No estamos contentos, para
qué vamos a decir otra cosa. Les confesaré que voy a ser cobarde y no voy a
decir muchas cosas de las que pienso porque yo no vivo de esto, escribirles mi
opinión es un privilegio y que ustedes me lean algo que les agradezco
enormemente pues carezco de conocimientos que puedan hacer esta lectura un
aprovechamiento formativo, yo aquí escribo mi opinión y ya está. De ahí lo que
les digo, que sobre los acontecimientos de estos días que han tenido como guinda la cesión de Ocampos, y
otras cuestiones, prefiero callar, no me apetece para nada tener que cargar con
una losa de gente que no admite que critiquen a sus ídolos, ojo, míos también
en muchos casos, ni tampoco que me atribuyan la filiación a alguna de las familias
que manejan el cotarro fc.
Pasando de puntillas por lo anteriormente dicho vamos a
hablar de hoy, del presente y del futuro a corto plazo de nuestro equipo. Las
cartas están boca arriba y la plantilla es la que es, el entrenador es Julen
Lopetegui y el martes jugamos contra el Manchester City de Guardiola ante el
que seguro que el equipo se plantea salir a mejorar cosas, pero luego probablemente
la realidad quede reflejada en el marcador en sentido negativo para los
nuestros, pues los refuerzos han llegado tarde como ya pasara la anterior temporada con el caso de Delaney y tendrán que acoplarse sobre la marcha. Los ánimos están como están y son los que son, pero sinceramente creo
que debemos mantener la calma.
Este equipo que se ha visto mermado este verano en sus dos
posiciones más fiables en la temporada pasada y que lleva una crisis de gol muy
importante desde hace muchos meses no es tan malo como para llevar 1 punto de
12. Es fácil atendiendo a este dato pensar en asegurar los 45 puntos para garantizar la permanencia y que todo nos parezca cuesta arriba, también es razonable como
pensamos muchos que el centro del campo sigue con jugadores que sobran y está
falto de otros más físicos y que aporten frescura y más verticalidad, pero las
temporadas son muy largas, la experiencia nos dice que una vez que empiezan a
acumularse partidos y las distintas competiciones entran en juego, los equipos
empiezan a notar el peso de los presupuestos y empiezan a ocuparse los puestos
que realmente deben ocupar.
Tenemos un calendario a la vista que en nuestra situación
actual se asemeja a una colonoscopia sin anestesia, pero no me cabe duda de que
el entrenador a pesar de sus grandes defectos es bastante testarudo como para
seguir empujando al equipo hasta que consiga una victoria importante. Y el fútbol
es así, el fútbol es un estado de ánimo, y en el momento en que los jugadores encuentren
la manera de lograr goles y victorias seguro que vamos a ver muchas más de las
que ahora pensamos, y todos nos veremos contagiados de ese cambio de corriente de los vientos.
También conforme pasen estos partidos recuperaremos el nivel de muchos como es el caso de Suso, entrará Marcao que está inédito y formemos una defensa más lógica y sin parches, podremos obtener el mejor rendimiento de Fernando, seguro que Isco ofrecerá mejores prestaciones, y hasta jugadores que hoy nos parecen malos o flojos también darán un mejor nivel. Y porqué no decirlo también, que José Ángel Carmona se gane la confianza del cuerpo técnico y se venga a triunfar en el primer equipo como muchos queremos. Se hace perentoria una mejoría colectiva del grupo, que la defensa vuelva a ser solvente y los de arriba atinen la puntería, pero yo creo que hay aún muchas cosas por ver cómo se desarrollan esta temporada y que es pronto para vaticinar incluso el futuro del técnico, que desde mi parecer no creo que esté en riesgo hasta el inicio del mundial e incluso yo me atrevería a decir que más allá al estar condicionada la planificación a la decisión sobre su continuidad tomada este verano.
Ojo, no les estoy diciendo que vayamos a tener la mejor
temporada de nuestra última década, pero tampoco somos un equipo para competir
por no descender y aunque sea una temporada difícil, aunque al final de la
misma hagamos balance y la planificación nos haya resultado mala como se puede
presumir ahora mismo, seguro que los sevillistas apretaremos los dientes para
luchar por lo que le haga falta al equipo.
Como dice el título de esta opinión, el Sevilla es aun un
pastel que está demasiado crudo, pero seguro que con el tiempo necesario saldrá
del horno y quemará las pestañas de los que ahora disfrutan con nuestras
derrotas.
Ánimo sevillistas, aquí siempre estaremos.
Gracias por leerme.