Monchi: "El Sevilla está en la élite y ese nivel de exigencia es muy alto"

El director deportivo, Monchi, hablaba sobre la gran exigencia que tiene un club como el Sevilla 


El director deportivo del Sevilla FC, Monchi, concedió una entrevista a su amigo Vassilis Tsartas, con el que compartió vestuario en el conjunto hispalense.

Tras haber sido cuestionado a cerca de cómo gestiona su trabajo, Monchi reconoce no haber cambiado sus hábitos pese al crecimiento que ha tenido en la última década: "He dejado fluir mi vida como soy. Hay muchas maneras de liderar un grupo, mi manera de entenderlo es creando más líderes, no creando seguidores. Yo soy el jefe, tengo 150 personas que dependen de mí, pero ellos saben perfectamente cómo soy yo. Casi nunca tengo que utilizar el cartelito de jefe. Porque ellos me entienden. Soy exigente. A mi guardia más cercana le he trasmitido que ellos tienen que tomar decisiones. Soy un defensor de la teoría del error, me he equivocado mucho y de cada error he aprendido".

También habló sobre la exigencia que da la afición sevillista: "La felicidad que se trae con un título, la gente la quiere seguir teniendo. Y por eso se acaba el mundo cuando pierde un partido el Sevilla. Es lo que ocurre a los equipos grandes, al Madrid y al Barcelona. El Sevilla está a ese nivel y en la élite el nivel de exigencia es muy alto. Tenemos que convivir con eso".

Añadía también que es una persona que usa las redes sociales habitualmente: "Soy una persona activa en las redes, las uso mucho y mando mensajes de vez en cuando. De tranquilidad, confianza y felicidad... Hay una mayoría que confía, pero también hay gente que quiere más, porque el club ha crecido mucho a nivel económico. Pero yo intento controlar aquello que puedo controlar y centrar los esfuerzos en donde puedo producir algo positivo para el equipo, que es mi trabajo".

Una reflexión que hará pensar a muchas personas sobre el futuro de los canteranos más jóvenes: "Hay una presión familiar para que los chicos lleguen a futbolistas que a veces no ayuda. Recuerdo que mi padre iba a verme a jugar al fútbol a un partido y punto. No decía nada. Ahora veo excesiva implicación, que en algunos casos es buena, pero en otros no ayuda. El niño de 15 años tiene que entrenarse, estudiar y disfrutar con los amigos. Si no, creamos monstruos que están obsesionados y el siguiente paso es la frustración".

Monchi, una persona cercano a su gente de confianza: "Siempre he entendido mi crecimiento como algo que la vida me ha regalado y lo que tengo que ser es agradecido. Pero sigo siendo Monchi, no tengo por qué ser distinto. Si hubiese cambiado, las cosas no me habrían ido bien. Cuando termine esta entrevista me voy a San Fernando, mi pueblo, a comer con mis amigos de la infancia. Para qué voy a cambiar, me gusta ser así".