Desde que nacemos la vida nos va desplegando oportunidades. Unas buscadas, otras llegan sin avisar. Pero cada uno tiene en su poder elegir aprovecharlas.
Muchas veces el destino atiende a razones incomprensibles, por mucho que haya quien se empeñe en controlarlo. Y parece que ahora, por primera vez en mucho tiempo, el viento, sopla a favor.
El éxito es el lugar donde la preparación y la oportunidad se encuentran. Y este año, parece que se han sentado las bases para ello. Es el momento. El paso del tiempo dirá si será suficiente para poder hacer, algo más grande, la historia de este escudo.
Hungría demostró que son las oportunidades las que definen nuestras vidas. Incluso las que se nos van. Porque sólo las tienen unos: los que las buscan y se las encuentran. Y todas, sirven para crecer.
Ahora se dan los condicionantes perfectos para seguir escalando todavía más. Y a veces, las locuras que más se lamentan, son las que no se cometieron cuando se pudo tener la ocasión.
Qué mejor sitio para montarse en este tren de la oportunidad, que en uno de los estadios con peor bagaje histórico y de los más temidos en el fútbol mundial. Y la única limitación para la oportunidad, es uno mismo.
Posiblemente, sea la hora adecuada de dejar de pasarse por los grandes escenarios pidiendo perdón por comparecer. Y más aún, cuando ya se ha demostrado de sobra de lo que se es capaz. Un complejo de inferioridad tan arraigado como absurdo que ha llegado el momento de borrar. Y mañana, ya será tarde.
El rojiblanco ha tenido la casualidad de pasar por esa estación en el momento más oportuno. Una bonita coincidencia, que se puede seguir cultivando. Y para eso sólo queda una cosa: aprovecharla.
Estadio Camp Nou | FC Barcelona – Sevilla FC | 05.10.2020 (21:00 h)
