Tras un reencuentro a lo grande, llegó la hora de volver a vivir esas noches importantes.
Cualquiera habría
firmado un reencuentro como el vivido. Tras tanto tiempo sin verse, quién diría
que se estaría tan suelto con esta vieja amiga. La realidad es que, no sólo se
estuvo suelto, sino que se mostraron las credenciales para poder soñar a lo grande
con ella.
Parece que todo fue
como la última vez. Ese gen altanero que se sólo se activa con ella en las ocasiones más
especiales, volvió a salir a relucir y dejó a la vista de lo que se es capaz. Sin
miedo, pero con humildad como seña de identidad.
El fútbol ha dejado
una oportunidad única para volver a aspirar a la gloria, con un equipo que se
transforma cada vez que la huele, y que fue capaz de empequeñecer hasta la
desesperación a toda una Roma.
Dar continuidad a esta
inercia positiva vista en el encuentro ante los italianos será la clave para
intentar sacar algo positivo. Un equipo sólido y áspero que dejó sensaciones
que hacía tiempo que no se vivían. Intentar mantenerlas es lo más fácil de
decir, y lo más difícil de hacer.
Lopetegui
y los suyos terminarían el partido a un nivel físico envidiable, lo que deja
entrever que aún hay gasolina para rato. No es de extrañar que, tras el buen
funcionamiento ofrecido el pasado jueves, se vuelva a repetir el mismo once de
gala.
Está
por ver la evolución de uno de los jugadores más imprescindibles para el
técnico vasco, Gudelj, que sería noticia la pasada semana al dar positivo en las
pruebas médicas realizadas por el club. El pivote se encuentra aislado en su
domicilio, a la espera de poder ayudar a sus compañeros a conseguir los
objetivos.
En un
equipo que queda más que perfilado, el marroquí Bono volverá a ser de la
partida, tras dejar buena imagen supliendo a un aún renqueante Vaclik. Navas y
Reguilón, elegido mejor jugador de la pasada jornada, son dueños
indiscutibles de los laterales, mientras que la dupla entre
Jules Koundé y Diego Carlos se afianza cada vez más en la
élite.
Tras la
clase magistral ofrecida por Banega, todo indica a que el rosarino volverá a
ser de la partida para ayudar a conseguir su sueño de abandonar el club por la
puerta grande. Escoltado por el indispensable Fernando y Joan Jordán, queda por
ver si Óliver Torres tiene minutos para refrescar a alguno de los tres, si las circunstancias
del partido lo requieren.
Tras el buen resultado generado por el tridente atacante formado por Ocampos, Suso y En-Nesyri, es de esperar que se repita la misma fórmula. Aunque la inclusión de Munir en el once podría ser clave, si la intención es que los extremos jueguen a pierna natural.
En el
camino estarán los Wolves, equipo al alza en la Premier League que vive uno de
los momentos más importantes de su historia reciente. Capitaneado por el ex
entrenador del Valencia Nuno, el conjunto inglés ha sido una de las sensaciones
de la última temporada en Inglaterra, dejando victorias de postín ante entidades
importantes como el Manchester City.
El técnico luso ha
visto avalado el gran estado de forma del equipo por futbolistas indispensables
como Adama Traoré, que será uno de los alicientes del partido en la batalla
defensiva con Diego Carlos, o Raúl Jiménez, delantero centro que ha causado
sensación en Europa y del interés de clubes como la Juventus de Turín para el
próximo mercado.
Eso sí, el estado de
forma del equipo se ha visto mermado en la vuelta tras el parón. Eso se vería reflejado en el último partido ante Olympiacos, donde un solitario gol de
penalti le daría la victoria a los ingleses, que dependerían de un espléndido
Rui Patricio para salvar la eliminatoria. Eso sí, aunque el rendimiento no
fuese el esperado, cuentan con balas de sobra para dar la sorpresa.
Como era de esperar, Nuno no podrá contar para el choque con el lateral Jonny Otto. El gallego, ex del Celta, sufre una lesión en los ligamentos de la rodilla derecha y tendría que retirarse en camilla en la primera parte ante el conjunto griego. Tendrá que pasar por quirófano, lo que lo tendrá varios meses de baja.
Mediante avanzan las rondas, en un ambiente frío, donde primará lo estrictamente futbolístico, resultará muy extraño ver cómo eliminatorias que se han caracterizado durante años por esa simbiosis con la gente, se juegan perdiendo ese factor transmitido desde fuera.
Fueron tiempos duros para la sociedad y para el mundo del fútbol, pero llegó la hora de resarcirse de ellos, ahora que ya empezamos a ver la luz y volver a sonreír.
No se estaría disputando la competición fetiche de la forma más idealista ni soñada. Sin embargo, por el momento, parece que no ha perdido su magia.
Se vuelve a divisar a lo lejos una antigua conocida. Sólo que el misticismo que tantos años suele rodear a la primavera y a esta vieja amiga, esta vez se ha mudado de estación.
El destino y los méritos propios se han unido para dejar una nueva oportunidad que no se puede desaprovechar. Sevilla se ha ganado (otra vez)… licencia para soñar.
Estadio MSV Arena | Martes, 11 de agosto de 2020 | 21:00 h.