El rey de esta competición lo hizo de nuevo. Arrancó perdiendo bajo el ritmo impuesto por la Roma, sin embargo dio vuelta el trámite y terminó mejor, aunque no logró evitar llegar hasta los penales. Allí volvió a ponerse su histórica corona, conquistando las siete finales de Europa League que disputó.
La Roma comenzó el partido imponiendo condiciones. La Loba marcó el pulso de la Final y Leonardo Spinazzola tuvo la apertura con un remate frontal que Bono desactivó de forma óptima.
Sevilla jugó incómodo, atado a la intensidad del rival, y Roma terminó encontrando su gol haciendo gala de sus principales virtudes durante el tramo inicial: concentración y precisión.
Cristante presionó y recuperó la pelota en pleno círculo central, Mancini se metió en la acción y sacó el perfecto pase filtrado para Paulo Dybala.
El argentino, titular luego que Mourinho lo pusiera en duda con sus declaraciones, recibió en el ingreso al área y cruzó el zurdazo para el 1-0 partcial.
Ganaba Roma y estaba bien. Sevilla acusó el golpe y esbozó reacción, siendo peligroso por primera vez en la noche con un cabezazo desviado de Fernando y el remate largo que Ivan Rakitic terminó estrellando contra el poste.
El Sevilla se había mostrado mejor en el tramo final de la etapa inicial y lo confirmó en el comienzo del complemento. Un remate desviado de Ocampos anticiparía lo que llegaría a continuación.
Alcanzando los diez minutos Jesús Navas lanzó el centro desde la derecha que Gianluca Mancini, atento a la marca de En-Nesyri, conectó involuntariamente contra propia puerta.
Autogol del italiano para el empate parcial de Sevilla. Roma intentó reaccionar con el cabezazo de pique al piso de Smalling y un claro tacazo de Tammy Abraham que Bono salvó a puro reflejo.
Bien entrado el complemento llegarían las polémicas. Primero Anthony Taylor sancionó penal por presunta infracción de Ibañez sobre Ocampos, sin embargo al revisar el monitor del VAR observó el piletazo del argentino, anulando su sentencia.
Enseguida Matic lanzó el centro desde la izquierda que dio de lleno en la mano de Fernando. El brasileño intenta meter el brazo detrás de su cuerpo pero el toque es muy evidente: tanto Taylor como el VAR no sancionaron nada.
Roma tuvo su bala de plata con la rápida cesión de Pellegrini para el ingresado Andrea Belotti, que desvió por muy poco su derechazo sobre Bono.
Sevilla terminó mejor el tiempo reglamentario e incluso se acercó al gol con un par de situaciones claras, pero el 1-1 fue inamovible y la Europa League se fue a prórroga por tercera edición consecutiva.
La intensidad con la que finalizó la etapa regular no se trasladó a la prórroga, al menos no al primer tiempo extra, donde todo fue más medido
En el segundo «chico» el trámite tomó temperatura, todo fue muy protestado, y aunque las situaciones claras de gol siguieron sin aparecer en el instante final Smalling metió un cabezazo contra el travesaño
Todo pasó a resolverse como en las últimas dos ediciones: penales
En los penales todo comenzó con precisión. Anotaron Ocampos, Cristante y Lamela. Mancini, autor del gol encontra, sacó el derechazo que encontró la respuesta con sus pies de Bono y Rakitic sacó ventaja inmediata para Sevilla.
Ibañez metió su remate cruzado contra el poste y Gonzalo Montiel tuvo, otra vez, el gol del título en sus pies, pero Ruí Patricio adivinó y atajó.
Eso sí, de inmediato el VAR avisó una irregularidad y decretó la repetición de la ejecución (adelantamiento del golero portugués). Montiel volvió a cobrar la boleta, esta vez cambió de palo e infló la red para consumar una nueva Europa League para Sevilla.
Ayer nomás el penal que decretó el Título del Mundo para Argentina, hoy el penal que significó el heptacampeonato sevillano. Gonzalo Montiel, de oro.
Siete finales disputadas, siete Europa League ganadas para Sevilla. Amo y señor de este torneo. Imbatible.